El populismo suele ser un concepto asociado casi exclusivamente a las ciencias políticas. Sin embargo, también ha sido estudiado desde la economía, más precisamente la economía política, aunque (argumentaremos) con poco éxito. Desde Dornbusch y Edwards (1991) hasta Acemoglu (2013) el fenómeno había sido caracterizado somera y superficialmente a efectos de posibilitar investigación económica de tipo convencional, por lo que difícilmente haya sido satisfactoriamente explicado. Por este motivo es que en el presente documento se señala como inadecuada la definición económica tradicional del populismo, y se opta por rever el concepto. Para esto, se trasciende las fronteras de la disciplina económica y se dialoga con diversas definiciones tomadas de otras ciencias sociales principalmente de la ciencia política. En el primer capítulo se elabora una tipología de definiciones a partir de varios autores (Rode & Revuelta, 2015; Gidron y Bonikowski, 2013; Weyland, 2001), las cuales consideran distintas categorías para definir el concepto. En el trabajo se evalúan ventajas y desventajas de las distintas definiciones según los objetivos del análisis, concluyendo que las definiciones no extraídas de la economía permiten responder de forma adecuada a preguntas de investigación planteadas desde la disciplina económica. Tomando la discusión metodológica del primer capítulo, se utiliza la definición de Weyland (2001) con el propósito de analizar empíricamente los efectos del populismo en la política económica. Para esto, se recurre a una metodología cualitativa de análisis comparativo, poco usual en la ciencia económica, en busca de configuraciones lógicas (Ragin, 2014) que dan cuenta de la relación existente entre la política tributaria y el fenómeno del populismo. La aplicación de esta técnica se diferencia de la mayoría de la literatura económica por lo menos en dos aspectos. En primer lugar, utiliza como unidad de análisis los gobiernos en lugar de países. Además, la literatura económica que ha trabajado el tema suele dirigir el análisis a las causas del fenómeno, a diferencia de este trabajo que se concentra en sus consecuencias. Los resultados del artículo confirman que no es suficiente pertenecer a un gobierno catalogado como populista para concretar políticas tributarias diferenciadas de aquellos no populistas. Esta primera evidencia podría ir en línea con el argumento de que el discurso populista no se condice necesariamente con las acciones de política que efectivamente son llevadas a cabo.