Crate or Cribe: (Some) Economics of Pet Ownership

Leo, que vive en Madrid, trata a su perra Penny como a una hija. Para Tito, de la Cuaró, su gato no es más que eso. Yo, por otro lado, quiero a Brownie y a Mia más que a muches, pero menos que a varies. ¿Cómo entender dicha heterogeneidad sin recurrir a supuestos sobre preferencias y sin los atajos que limitan la capacidad cognitiva de las personas? Voy a comenzar la charla presentando datos agregados que muestran, para varios países, la evolución de distintas variables que reflejan la importancia relativa que para la población tienen, en particular, perros y gatos. Luego, les enseñare un modelo que, aunque insultantemente simple, es ilustrativo y capturará la historia de comportamiento que quiero contarles. Con tan solo un supuesto inusual pero razonablemente razonable, mostraré que individuos, aún con preferencias similares, eligen, por razones de incentivos, distintas actitudes con respecto a la adopción y crianza de animales de compañía. En el proceso, un mecanismo específico quitará el velo de superficialidad y banalidad aparente en este proyecto, dejando al desnudo implicaciones relevantes, incluso para cuestiones macroeconómicas y de políticas publicas. Al final, quizá llegue a presentarles resultados provenientes de microdatos y, con el uso de variables instrumentales, ofreceré evidencia consistente con la historia convertida en modelo que les habré expuesto; no obstante, y parafraseando a Dante, caveat emptor: “abandonad toda esperanza de identificación, quienes a la charla vengáis”. Paradójicamente, mascotas no serán bienvenidas.